Fui un aprendiz de mi tiempo,
tiempo de luchas e intrigas,
de soplones y serviles;
fui pulga entre muchos perros.
Maestro de mil ingenios
aunque el cartel lo llevó otro.
“Pelilargo” y algo miope,
fui el delirio de las damas.
Amigo de espadachines,
bribones y caballeros.
Soberano en mentideros,
altanero y pendenciero.
Adorado en las tabernas,
desairado en los salones.
Siempre presto a defenderme
de sicarios lenguaraces.
Siervo de reyes y duques,
que no su devoto esclavo,
y eso me lo criticaron;
incluso me desterraron.
Y yo solo fui sincero,
siempre tomándome a broma,
lo divino y lo humano,
lo real y lo fingido.
Llamé narigón a un poeta
que me quería hacer chanzas,
pero el pobre narcisista
no me llegaba a las calzas.
Sin que nadie se ofendiera,
di a escoger a una reina
entre un clavel y una rosa,
sólo por llamarla coja
Muchos siglos han pasado,
pero tengo muy presente
que mis palabras, señores,
fueron todo un precedente
En estos tiempos que corren,
y en los que antaño corrieron,
siempre será verdadero, que,
“poderoso caballero es Don Dinero”
FIN
Excelente poesia.
ResponderEliminarMuchas gracias Galaxia
ResponderEliminarBesos