Mi corazón vapuleado,
se ciñó a tu donosura.
Se prendió de tu cintura,
Para no ser destrozado.
Me aferré a tu gesto generoso,
tomando la mano que me tendías.
Absorbiendo con deleite todo lo que me ofrecías,
confiado y sin mostrarme desdeñoso.
Con natural esperanza,
cerré los ojos mientras confiaba,
que no habría más añoranza,
y que al fin alguien me amaba.
Más de nuevo tropecé. Cruel flecha del amor,
que nunca da en la diana.
Convirtiendo la dicha en mentira vana,
dejando al enamorado preso del dolor.
Ahora suplico y reclamo,
todo lo que me has negado.
Mi corazón rechazado,
jamás volverá a pronunciar un: “te amo”.
FIN
Genial Miren.
ResponderEliminarGracias guapa!!!! ¡¡Feliz domingo!!
ResponderEliminarBesos