Calla de una vez perro majadero,
Molestas mis finos oídos con tu impertinente guau.
Y tú ¿quien eres? para protestar gato puñetero,
que inundas cada rincón con tu insolente miau.
Yo soy fino y elegante; tú, un muñeco dependiente,
zanquilargo, patoso, dócil, alborotador y baboso.
Te pasas toda la vida buscando un dueño cariñoso,
sin más misión en la vida que ser humilde sirviente.
Yo soy honrado y trabajador; tú, figura pretenciosa,
Vano, cruel, traicionero, tirano y arisco.
Calculando fríamente cuando dar el primer mordisco,
mientras paseas altivo tu belleza jactanciosa.
Tú no tienes ambición, sólo sirves para correr y agradar a la gente,
crees que todos te quieren, pero cuando estés viejo todos te darán de lado.
Yo no necesito a nadie que me alimente, soy del todo independiente,
seré feliz y dichoso cuando compruebe que nadie me dejará abandonado.
Eres un gato malo y envidioso, mis amos jamás me dejarán tirado,
soy leal y cumplidor, defiendo jugándome la vida su mansión.
soy juguete de los niños, y con total alegría cumplo con mi misión,
tú arañas y huyes ante el menor acercamiento mostrando desagrado.
Pasaron los años, el pobre perro envejeció y para nada ya servía.
Sus amos, olvidando toda su labor y sus años trabajados,
le dejaron olvidado en las afueras de una lejana serranía.
Esa noche sólo se escuchó el maullido de un gato sobre los tejados.
Molestas mis finos oídos con tu impertinente guau.
Y tú ¿quien eres? para protestar gato puñetero,
que inundas cada rincón con tu insolente miau.
Yo soy fino y elegante; tú, un muñeco dependiente,
zanquilargo, patoso, dócil, alborotador y baboso.
Te pasas toda la vida buscando un dueño cariñoso,
sin más misión en la vida que ser humilde sirviente.
Yo soy honrado y trabajador; tú, figura pretenciosa,
Vano, cruel, traicionero, tirano y arisco.
Calculando fríamente cuando dar el primer mordisco,
mientras paseas altivo tu belleza jactanciosa.
Tú no tienes ambición, sólo sirves para correr y agradar a la gente,
crees que todos te quieren, pero cuando estés viejo todos te darán de lado.
Yo no necesito a nadie que me alimente, soy del todo independiente,
seré feliz y dichoso cuando compruebe que nadie me dejará abandonado.
Eres un gato malo y envidioso, mis amos jamás me dejarán tirado,
soy leal y cumplidor, defiendo jugándome la vida su mansión.
soy juguete de los niños, y con total alegría cumplo con mi misión,
tú arañas y huyes ante el menor acercamiento mostrando desagrado.
Pasaron los años, el pobre perro envejeció y para nada ya servía.
Sus amos, olvidando toda su labor y sus años trabajados,
le dejaron olvidado en las afueras de una lejana serranía.
Esa noche sólo se escuchó el maullido de un gato sobre los tejados.
FIN
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